Su atmósfera recibe cada año unas 4 millones de toneladas de cobre, plomo, níquel, arsénico o selenio; No existe un solo árbol en un radio de 48 kilómetros, a causa de la lluvia ácida provocada por la fundición de níquel; debido a su latitud sus habitantes sufren 45 días de noche permanente al año, con las bajisimas temperaturas que alcanzan los 50 grados bajo cero y vientos de hasta 15 metros por segundo. La erosión continua que provoca el permafrost y un nivel de vida bajo, se encargan del resto.
La eperanza de vida es de 46 años.