La mayoría de historias que leo son bonitas y me alegro por los protagonistas, pero la que os voy a contar no tiene un final feliz aunque al menos tiene un final. Ni qué decir tiene que por desgracia no seré la primera a quien le pasa y ni la última, simplemente os cuento mi caso y espero y deseo que nunca os pase algo parecido.
Conocí a esta persona por Internet y al principio todo era más o menos normal. Vivíamos en la misma ciudad y aunque el primer paso lo dimos por la red enseguida empezamos a quedar y nos hicimos novios. Aunque todo iba bien desde el principio ya hacía comentarios un poco raros, se mostraba celoso de todo y de todos, de mis amigos, de mis compañeros de trabajo, pero yo no le daba mucha importancia, le decía que eran tonterías y que no tenía de qué preocuparse. Pero su paranoia no tenía fin y se volvía enfermiza, era como si tuviera dos personalidades, cuando estaba “bien” era un chico simpático, normal, y cuando se torcía se volvía agresivo verbalmente, muy hiriente y manipulador.
No aguanté mucho con él pero sí más de lo que tenía que haber aguantado. Porque era la persona más celosa y posesiva que he conocido nunca. Y encima, de esas persona que además de joderte la vida te hacen hacer cosas que nunca pensaste que harías, porque por ejemplo quedar con mis amigos suponía un problema enorme, que derivaba en una discusión horrible y para evitar escuchar según qué cosas y evitar ese mal rato pues evitaba quedar con mis amigos… algo que nunca se debe hacer. Y como eso un montón de cosas… Os podría contar mil historietas que pasaron y que solo consiguieron que me diera cuenta de que hay personas que no están muy bien de la cabeza y que son tan manipuladoras que logran que hagas cosas que nunca harías, te consumen, te anulan y te terminan dominando.